Hay un tiempo para ser fiel y un tiempo para ser leal.
Nacemos siendo fieles, es una de las leyes de la conservación de la especie; sin la fe ciega en nuestros progenitores no pasaríamos de la primera infancia. Adolescentes, abandonamos aquella fe o fidelidad infantil, y al poco tiempo, pasada ya la tormenta del desconcierto sentimental, mental y hormonal, se instala en nosotros el apasionante sentimiento de la lealtad que habíamos ido descubriendo lentamente en la relación con los amigos de la infancia.
El origen latino de las palabras, relaciona la fidelidad con la fe y la lealtad con el respeto a la ley. Fe y Ley, o sea, creencia y obligación. ¿Por qué confundimos fidelidad con lealtad?
Fe es creer lo que no se ve y en la Ley están las normas de convivencia. Cuando la misma fe es compartida por un grupo, se convierte en religión y dicho grupo se dotará, lógicamente, de normas o leyes con las que regirse, mezclando así la fe con la ley; y ya tenemos en el mismo saco a la fidelidad y a la lealtad, a las que mezcladas en amalgama ya no las reconocerá ni el filólogo latino creador de los neologismos. En román paladino: No las reconocerá ni su padre.
Ahora, aunque mayoritariamente son consideradas un mismo concepto, sinónimos, o como mínimo muy unidas una y la otra, considero que no es lo mismo fidelidad que lealtad.
La fidelidad es una cualidad del alma individual que se proyecta sobre otra persona en la que se encuentra protección, tranquilidad o estabilidad; o sobre un grupo de personas o entidades, ya religiosas, políticas, laborales o deportivas, que dan seguridad de grupo al individuo, a cambio de su fidelidad, y por lo tanto de su libertad. La fidelidad no se cuestiona, es una entrega total e incuestionable, pues cualquier duda generaría la desconfianza de la persona, o del grupo. Una vez declarada la fidelidad, desaparece la libertad, ya no hay elección, cualquier opción diferente será tratada como traición.
La lealtad, fundamento y esencia de la relación humana, de la amistad y del amor nace de la razón, del convencimiento y tiene como origen la indiscutida fidelidad infantil. El adulto se hace preguntas, toma decisiones, va creando su propio mundo de valores espirituales, depurando ideas ajenas, formando las propias y participará libremente en la pareja o en el grupo que razonadamente haya elegido, apoyando tanto moral como física, intelectual y, o económicamente el plan u objetivo común.
Mientras que a la fidelidad no le importa la verdad objetiva sino que busca apoyos, hechos reales o aparentes que avalen su proceder, su pensamiento y su entrega o su fanatismo, la lealtad cuestionará abiertamente cualquier duda y buscará la solución más acertada.
¿Se puede ser fiel y al mismo tiempo desleal?. Se puede ser fiel a la persona en algunas cosas, relación sexual por ejemplo, y desleal en la relación personal, desleal al proyecto común; fiel a una ideología en pensamientos, gestos y palabras y desleal a la misma causa con la incoherencia de los actos.
La persona leal siempre es fiel a sí misma y siempre será leal con los demás aunque se pueda confundir y llamar infidelidad a lo que es evolución mental, espiritual e intelectual.
Podría muy bien decir que la fidelidad es un sentimiento infantil y que la lealtad define al adulto, pero, ¿a qué adulto no le gusta ser un poco niño y estar protegido por el grupo o por su pareja?
Esto es una pincelada de mis pensamientos actuales sobre el tema, a los que juro
infidelidad absoluta porque los pienso cambiar lealmente en el mismo momento en que vea que otros pensamientos son mejores o más acertados que éstos que
ahora expongo.
Podría muy bien decir que la fidelidad es un sentimiento infantil y que la lealtad define al adulto, pero, ¿a qué adulto no le gusta ser un poco niño y estar protegido por el grupo o por su pareja?
Esto es una pincelada de mis pensamientos actuales sobre el tema, a los que juro
infidelidad absoluta porque los pienso cambiar lealmente en el mismo momento en que vea que otros pensamientos son mejores o más acertados que éstos que
ahora expongo.
José F. Álvarez. Agosto del 16
"La lealtad constituye el más sagrado bien del corazón humano."-
Lucio Anneo Séneca (4ac – 65 dc)
"Sé fiel a tu propia persona, y lo mismo que la noche sigue al día, no podrás ser ya desleal a nadie".-
Willian Shakespeare (1564 -1616)
Un fiel:“ Que gane mi equipo, como sea, con razón o sin ella ”.
Un leal: “Que gane el mejor y que el mejor seas tú." o "Estoy contigo, aunque pierdas”
No hablo aquí de la fidelidad o lealtad en la pareja, quizá lo haga en otro momento.
Tema difícil, casi tabú, por estar cargado de etiquetas, prejuicios, justificaciones y además tapado con espesos y opacos velos que casi nadie quiere descorrer.
Muchos reconocen tranquilamente sus pecados, “soy un glotón, o soy un holgazán, o soy… incluso ludópata o alcohólico”. No escuché jamás decir a nadie que era infiel o desleal o deshonesto.
(26/05/19)
UN PAR DE APUNTES, SOBRE LA FIDELIDAD EN LA PAREJA.
UN PAR DE APUNTES, SOBRE LA FIDELIDAD EN LA PAREJA.
FIDELIDAD:
PROPIEDAD DE LO AMADO Y CELOS:
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