lunes, 19 de diciembre de 2016

LA CAVERNA DE PLATÓN (Libro VII de La República)




Imagina unos hombres, dice Platón, que al nacer son encadenados a un muro que no llega al techo, dentro de una gruta, con un foco que no pueden ver y cuya luz  les llega desde atrás por encima de la tapia, como tampoco pueden ver a las personas que detrás del muro caminan, hablando o en silencio, haciendo sobresalir de la pared objetos de madera o piedra que proyectan sus sombras sobre la pantalla que tienen enfrente.

Toda su vida la pasan ahí, una generación tras otra. Le han dado nombre a los objetos que ven y que consideran reales: caballo, guerrero, cuervo, gato… pasan el tiempo intentando adivinar cuándo y en qué orden y dirección aparecerán las figuras, si hablarán o no y con qué tono y con qué timbre. Alguno de ellos es admirado y casi venerado por la cantidad de aciertos a que llega con su atenta observación, llegando a ser el líder de la comunidad.

Ese hombre, desatado y obligado a mirar las figuras reales y no sus sombras, seguiría en principio pensando que la realidad era lo que siempre vio no lo que ahora ve. Forzándole a salir de la cueva, quedaría momentáneamente ciego ante la luz del sol y poco a poco iría distinguiendo primero las sombras, después las imágenes reflejadas en el agua, después las propias formas de las cosas, nítidas y policromadas y por último podría comprobar que el sol iluminaba todo el mundo y podría comprender el universo.

Conocida esta verdad no le apetecería regresar de ninguna manera a gozar de los honores que sus compañeros le dedicaban en la caverna. Sin embargo debe volver y explicarles lo equivocados que viven pensando que las sombras reflejadas es la realidad, sino que la verdad está fuera de la caverna. En principio lo toman por loco; y teniendo los ojos acostumbrados a la luz, de momento no podrá distinguir las sombras que antes dominaba, considerarán que por haber salido fuera tiene los ojos estropeados por lo que si él intentara liberarlos de las cadenas, con seguridad  lo matarían.
SÍMBOLOS DE LA ALEGORÍA
PRISIONEROS- El hombre en su mundo con sus valores
LIBERACIÓN .- Descubrimiento del mundo verdadero o de las ideas
SOMBRAS PROYECTADAS-  Las imágenes que el hombre ve en su mundo que son reflejo de los objetos del mundo verdadero o de las ideas
OBJETOS REFLEJADOS EN EL AGUA.-  Ideas matemáticas
OBJETOS.- La realidad del mundo superior o de las ideas.
SOL.- Idea suprema del bien, de la luz, del conocimiento


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