Superchería es mucho más que engaño; es dolo, fraude; el superchero se vale de mil enredos, ó propiamente dicho, de mil engaños para hacer pasar un engaño. Engaño, es la falta de verdad en lo que se hace ó se dice, en lo que se cree, se piensa, ó se discurre.
Uno puede engañarse á sí mismo; es decir, puede equivocarse; pero de nadie se dirá que usa de supercherías contra sus propios intereses
Decimos cuando queremos desmentir á otro: " es engaño ": locución viciosa que el uso ha consagrado en el estilo familiar: en este ejemplo no podría reemplazar castizamente ni aun de un modo telerable" á la palabra engaño la voz superchería.
Cuando se engaña á otro para robarle se llama á semejante acción superchería, y no engaño. Por ejemplo: " Pedro y Juan fueron á nadar, el primero se desnudó arrojándose en seguida al agua: Juan, desnudo también, fingió de repente que sentia un gran dolor de cabeza, y volviéndose á vestir, se retiró á su casa: Pedro siguió bañándose, y cuando se vistió, echó de menos veinte reales que tenía en el bolsillo del chaleco. Juan había echado mano de una superchería para robárselos. " Bien terminantemente se nota que no puede decirse con propiedad refiriéndonos á este ejemplo: " Juan había echado mano de un engaño para robar los veinte reales de Pedro. " En efecto: el que Juan dijese á Pedro que sentia un gran dolor de cabeza siendo falso, no pasaba de ser xrn engaño, y aun si se quiere, un engaño inocente; pero el valerse de este engaño para apoderarse rateramente del dinero de su amigo, merece una calificación más dura, una calificación más bochornosa para el autor de una acción tan ruin, tan despreciable y tan punible. Engaño en este caso explica poco, porque con la circunstancia agravante del robo ó sin ella, Juan había engañado á Pedro, fingiendo un dolor de cabeza que no padecía; por esta razón se necesita una palabra que exprese la consecuencia inmediata que ha producido el engaño de Juan, que es un doble engaño: esta palabra es superchería, esto es, acción baja, villana, engañosa, y al mismo tiempo criminal.
El hombre que engaña á otro, es un hombre de mala fe; el que se vale de supercherías para lograr sus fines, entra en la categoría de los delincuentes, semejante al malvado encubierto, que bajo la máscara de hombre de bien asesina en su cama al hombre pacifico, al paso que carece del suficiente arrojo para salir á un camino, y exponer su vida acometiendo al pasajero.
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