SI ESCOGIERAN EL ALERO DE MI CASA...
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Si las golondrinas escogieran el alero de mi casa
para hacer sus nidos, jamás se los destruiría a pesar de que manchan las
paredes con sus excrementos, no importa, las limpiaría, las pintaría cada año y
cada año les daría de nuevo la bienvenida.
La alegría de verlas volar
entrando y saliendo de sus nidos, el escuchar los diferentes sonidos de su
gorjeo, el contemplar las cabecitas de sus crías asomadas al balcón de su
refugio y además... Además, la inmensa limpieza de insectos que hacen en su zona
de anidamiento compensa con creces el trabajo de limpiar y pintar una pared una
vez al año.
No puedo imaginar primaveras sin
vencejos y golondrinas.
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