Amor, sentimiento vivo y eterno, complejo y muchas veces incomprensible que hace que el ser humano muestre lo mejor de sí mismo.
En su diccionario la RAE dice:
Amor: "Sentimiento intenso del ser humano que, partiendo de su propia insuficiencia, necesita y busca el encuentro y unión con otro ser."
Humildemente pido perdón a los sabios de la Academia. Esa
definición no corresponde al verbo amar, sino al verbo querer. Amar es entregar
generosamente. Querer es intentar recibir egoístamente el amor ajeno para
llenar “su propia insuficiencia”.
Si consultamos el diccionario etimológico, nos dirá que amor es un palabra latina, relacionada con la raíz indoeuropea "amma", voz infantil para llamar a la madre, presente también en el verbo latino "amare", en su origen significa dar caricias de madre.
Por lo tanto, si tomamos del verbo latino amare (amar) “AM”, mas el sufijo "OR" (calor), tenemos AM-OR, que es el efecto o resultado de amar.
Una vez hallado el origen de la palabra, es preciso buscar el manantial de tan hermoso sentimiento. ¿Dónde nace el amor? ¿en el cerebro? ¿en el corazón? ¿en la glándula pineal?... O es algo que nos llega del exterior invadiendo agradablemente nuestro cuerpo y nuestra vida?
Pensadores hay que piensan y dicen que es un acto reflejo del pensamiento continuo. Primero llega la idea a través de la atracción y si ese concepto se mantiene en el cerebro se llega a convertir en sentimiento e incluso en obsesión.
Nada existe fuera de uno mismo, dicen. Todo está en el interior.
Alguna razón tendrán, supongo, pero...
La neurociencia nos habla de las endorfinas, sustancias que produce el cerebro, similares a las drogas sintéticas como el opio, la heroína o la morfina que producen bienestar, tranquilidad u optimismo pero sin los efectos secundarios y adversos de las mismas.
Estos productos naturales como la oxitocina o la dopamina son llamados las endorfinas del amor que el cerebro la empieza a producir ante un estímulo exterior.
¿Dónde y cómo encontramos el estímulo exterior?
Corrientes de pensamiento actual nos dicen que A.M.O.R. es el acrónimo de Amplitud Modulada de Onda Resonante.
Es cierto que el universo está en movimiento y por lo tanto emite ondas electromagnéticas en una frecuencia y una amplitud determinada.
Nuestra materia corporal es polvo cósmico. Somos carbono, hidrógeno,oxígeno, nitrógeno, calcio y fósforo aliñado con otros cuatro o cinco elementos más.
Todos los átomos del cuerpo humano vibran. Somos Estrellas en miniatura vibrando con nuestra propia frecuencia y nuestra propia amplitud de onda. En sintonía con otra Estrella (otra persona), nuestras ondas se amplifican, excitan el hipotálamo y éste fabrica tantas endorfinas de optimismo, de felicidad, de amor, como la amplitud de onda lo requiera.
Por ello, es posible que los átomos del bebé, Estrella minúscula, y los de su mamá, al vibrar con la misma frecuencia, entren en resonancia y la amplitud de onda se vea majestuosamente aumentada, llenando de felicidad a dos seres que la irradian, contagiando de paz y ternura a las personas que les contemplan.
¿Es posible que nuestra alegría de vivir, nuestro optimismo nuestro amor, nuestra plenitud sea la consecuencia primigenia de estar en sintonía con el Universo?
Es posible. Creo que el Amor es la fuerza que mueve nuestra vida, nuestra sociedad y nuestro mundo en la buena dirección: hacia la Verdad Universal, hacia Dios.
Sea como sea, el conocimiento no debe suprimir la magia de la ilusión. Parafraseando a Ricardo de León: Sabemos que está vacío, que ni es cielo ni es azul nuestro hermoso cielo, pero ¿perdemos algo con saberlo? nos sigue emocionando nuestro hermoso cielo azul. Vivámoslo.
P:D:
Einstein, matemático y violinista aseguró: "El universo es una caja de música, pues está construido en proporciones equivalentes a los intervalos de la octava musical"
Y en sus momentos de concentración o descanso tocaba el violín con las fórmulas matemáticas de la Música del Universo.
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