“La verdad es como una manta que siempre te deja los pies fríos, la estiras, la extiendes y nunca es suficiente, la sacudes, le das patadas pero no llega a cubrirnos y desde que llegamos llorando, hasta que nos vamos muriendo solo nos cubre la cara, mientras gemimos, lloramos y gritamos.”
No
permitas que la vida se te pase sin que la vivas.
Carpe
Diem! Aprovecha el día, no dejes que termine sin haber crecido un
poco, sin haber sido feliz, sin haber alimentado tus sueños.
No te
dejes vencer por el desaliento.
No
permitas que nadie te quite el derecho a expresarte,
que es
casi un deber.
No
abandones tus ansias de hacer de tu vida algo extraordinario.
No dejes
de creer que la palabra y la poesía sí pueden cambiar al mundo.
Pase lo
que pase, nuestra esencia está intacta, somos seres humanos llenos de
pasión.
La vida
es desierto y es oasis, nos derriba, nos lastima, nos enseña, nos
convierte
en
protagonistas de nuestra propia historia.
Aunque el
viento sople en contra, la poderosa obra continúa, tú puedes aportar una
estrofa.
No dejes
nunca de soñar, porque sólo en sueños puede ser libre el hombre.
No caigas
en el peor de los errores: el silencio, la mayoría vive en un silencio
espantoso.
No te
resignes. Huye.
«Emito mi
alarido por los techos de este mundo» dice el poeta.
Valora la
belleza de las cosas simples, se puede hacer poesía hermosa sobre las
pequeñas cosas.
No
traiciones tus creencias. Todos necesitamos aceptación, pero no podemos ir
en contra de nosotros mismos, eso haría de la vida un infierno.
Disfruta
el vértigo que provoca tener la vida por delante.
Vívela
intensamente, sin mediocridades.
Piensa
que en ti está el futuro y encara la tarea con orgullo y sin miedo.
Aprende
de quienes pueden enseñarte,las experiencias de quienes nos
precedieron, de nuestros «poetas muertos», te ayudarán a caminar por la
vida.
La
sociedad de hoy somos nosotros, «los poetas vivos»
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