Un niño
una vez quería..
-¿Una vez
solo?
-No,
diez...
-¿Diez
veces solo?
-No,
cien...
-¿Cien
veces solo?
-No,
mil...
Pero para
qué seguir
si para
querer decir
los
caprichos que quería
y cuántas
veces quería
los
caprichos que quería,
basta
solo con decir:
un niño
una vez quería
y así
saber que quería
no una
vez, ni diez, ni cien;
sino que
mil y una vez
y mil
cosas a la vez.
Un niño
una vez quería...
¿Pero es
que un niño
puede
saber lo que quiere?
¿Cuándo
quiere un niño,
cuándo,
cómo y qué?
Pero
aquel niño quería
quería,
mas no sabía qué,
y si el
niño no sabía qué,
yo como
voy a saber
lo que
aquel niño quería.
Yo solo
sé que una vez
hubo un
niño que quería
no sé
qué.
Yo solo
sé que en la vida,
no una
vez, ni diez, ni cien,
sino que
mil y un vez
como este
niño del cuento
todos
quisimos, quisimos,
pero no
supimos qué.
Yo solo
sé que una vez
y mil
millones de veces
y mil
millones de niños
y mil
millones de hombres a la vez...
Como este
niño del cuento,
quieren,
quieren, quieren
y no
saben qué.
Manuel Benítez Carrasco
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