viernes, 15 de noviembre de 2019

LIBRE TE QUIERO


Libre te quiero, como arroyo que brinca de peña en peña.
Pero no mía.
Grande te quiero, como monte preñado de primavera.
Pero no mía.
Buena te quiero, como pan que nos sabe su masa buena.
Pero no mía.
Alta te quiero, como chopo que al el cielo se despereza.
Pero no mía.
Blanca te quiero, como flor de azahares sobre la tierra.
Pero no mía.
Pero no mía, ni de Dios, ni de nadie, ni tuya siquiera.

                                              Poema de Agustín García Calvo
Música y voz de Amancio Prada


La esencia de la libertad: "ni mía, ni de Dios, ni de nadie, ni tuya siquiera".
Puede ser relativamente sencillo no pertenecer a nadie, ni siquiera a Dios, es fácil poder entender ese sentimiento de libertad; pero ¿cómo no pertenecerte a ti misma? ¿Cómo llegar a este grado de libertad?
Se llega a la libertad absoluta cuando el ser humano se ve libre de prejuicios, libre de la educación adquirida, libre de deseos materiales y libre de cualquier dependencia ya sea espiritual, sentimental o material. Cuando las acciones están motivadas únicamente  por la  propia voluntad de ser y hacer.
Llegado a ese punto ya no eres 
 "ni mía, ni de Dios, ni de nadie, ni tuya siquiera". Simplemente "eres." Eres todo: libre, grande, buena, alta... eres lo que deseas ser.
Así lo pienso y así lo escribo.  

                  A quince de noviembre de dos mil diecinueve.





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